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Sobre mí

¡Hola! Me llamo Mari Carmen (aunque mucha gente que me llama MC porque soy Muy Cuqui, perdón, perdón, que esto debería ser serio). Nací un día muy lluvioso de septiembre de 1991, en Valencia (uno de esos dos días al año que llueve, porque soy muy oportuna).

Cuando era pequeña no me gustaba leer. Me costaba tanto que una vez me inventé el resumen de un libro porque no pude leer más de dos capítulo. La profesora me dijo que no había entendido la historia y siempre he tenido curiosidad por saber si se dio cuenta de lo que había hecho.

Por alguna razón que solo mi yo de doce años sabe, un día decidí que quería leer un libro. El elegido fue «La maldición del maestro». Por eso Laura Gallego es una autora a la que tengo tanto cariño: me hizo descubrir que sí me gustaba leer.

Niña con abrigo a la que solo se le ve media cara

A partir de ese momento leía cualquier libro donde hubiera dragones y, poco a poco, fui descubriendo otros géneros que también me gustaban, como la ciencia ficción.

De ese género fue la primera historia que escribí. Con unos catorce años me puse manos a la obra para crear un mundo donde los únicos oficios que no ejercían los robots eran: programador, espía o hacker. Y termine lo que para mi yo adolescente era una historia larguísima (la realidad es que ocupa unas 17 páginas a Times New Roman 12 y con interlineado simple).

Durante esos años de instituto y los primeros de universidad, empecé muchas historias y no terminé ninguna. Incluso participé en un NaNoWrimo y llegué a las 50.000 palabras.

Chica con el pelo oscuro largo y un móvil en la mano

Será por esa primera historia o porque todo el mundo me decía que los ordenadores se me daban bien, cuando llegó el momento de elegir carrera me fui de cabeza a Ingeniería informática.

No fue fácil y, aunque ahora me gusta mucho mi trabajo como desarrolladora de software, hubo momentos en los que estuve a punto de dejar la carrera.

No fueron unos años buenos en general, así que dejé de escribir porque no tenía fuerza para ello.

En 2019 volví a escribir.

Empecé planificando una historia, pero iba retrasando sentarme delate de la página en blanco. Hasta que vi la convocatoria para una antología que me dio una idea basada en el mundo que estaba creando.

«El sonido de una caracola rota» no fue elegido, pero decidí autopublicarlo en digital porque, ya que lo había escrito, me hacía ilusión que la gente lo pudiera leer.

Desde entonces no he dejado de escribir, las ideas para nuevas historias y mundos surgen sin esfuerzo y, aunque cuesta mucho sacar tiempo, intento siempre sentarme un ratito delante del ordenador o la libreta (menos cuando digo que una horita jugando al Hades o Los Sims y acaban siendo cuatro horas).

Chica con el pelo castaño largo, sujetando cuatro libros

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Nos leemos ^-^

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